Somos FELICES

Escribí un cuento para una tarea de LITERATURA, el profesor me lo aduló bastante... Todavía no se la nota, pero bueno acá está:

Felicidad; después de todo es solo una palabra, pero una palabra a veces significa algo mas que solo eso… a veces es el momento en el que esa palabra cobra vida lo que nos muestra su verdadero significado. No soy un ángel, ni siquiera me clasificaría dentro de una creencia o religión, creo que la mejor palabra para describirme ya la he dicho. Cada momento o cada sensación de felicidad que se crea dentro de la existencia humana es mi nombre y todo aquel que sepa aprovecharla es mi apellido. Es difícil contar una historia desde mi punto de vista pero como siempre desde algún lado se tiene que empezar, diría que fue la otra noche cuando el ambiente se tornó extraño. Estaba observando, como siempre lo hago, y note un gran vacío en un humano, no parecía nada fuera de lo normal pero por las dudas me acerque a ver que pasaba. Era una mujer de 30 años, estaba llorando en el pasillo de un hospital, tomé el primer cuerpo que encontré y me acerque.
-Disculpe ¿Se siente bien?- le pregunte. Cuando levantó la mirada me quedé atónito, la criatura que tenía en frente era extremadamente hermosa, al parecer las emociones humanas ya empezaban a hacerme efecto. Por lo que entendí su esposo estaba en cirugía, había sufrido un accidente y estaba perdiendo mucha sangre. -Descuide, seguro que va a mejorar- le dije para calmarla.
-¿Cómo lo sabe?- me dijo secándose las lágrimas.
-Su marido está en este momento rodeado de personas que están dando su vida para salvarlo, lo último que puede pasarle es algo malo-
La mujer comenzó a sentirse mejor y yo comencé a aprovechar la situación para afianzar mi relación con los sentimientos humanos… si bien la felicidad es mi especialidad hay una gran variedad de sentimientos que podrían servirme en este labor. La mujer se llamaba Florencia, era abogada y tenía una hija llamada Milagros. Le gustaba mucho leer y el cine clásico. Poco a poco la preocupación pasó a calmarse y la angustia se transformó esperanza. No es que la haya hecho feliz, pero por lo menos hice que cruzará la línea y al poco tiempo de irme el extraño vacío que había visto se completó. Hoy todavía sigo viéndola; jugando con su hija, viviendo con su esposo, hasta a veces me acerco para ver si esta bien… jamás me había pasado esto con ninguna otra persona, generalmente mi conexión con los humanos es simplemente de ayuda, pero Florencia despertó algo en mí. Siento que ahora no solo conecto a las personas con la felicidad, sino que la vivo. Todos los días continúo haciendo cosas como estas, pero no es que ayudo a la gente, sino que las ayudo a que se ayuden, no solo charlando con ellas y haciendo que se tranquilicen… las ayudo porque soy lo único que esta siempre a su lado, soy esa soga de la que constantemente se agarran para no caerse. Soy la felicidad, soy el sentimiento de cada uno que los ayuda a continuar. Mi objetivo es muy sencillo: es que cada uno viva como pueda pero que siempre recuerde que se puede estar mejor, y ese esfuerzo por mejorar las cosas es lo que yo quiero que se cumpla. Pero si todos somos felices, creo que ya esta cumplido.

FIN